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Tengo dos temas enredados en la materia para estos días, espero que los lean...mientras les dejo lo siguiente.

Lo que me pasó anoche...Esta madrugada.

Y como la cosa se puso cada vez más difícil, preferí apelar a una “vox interna”, como un guía que me llevase por el camino de la intuición.

Se sentía una sensación extraña. Por la cabeza pasaban miles de reflejos vívidos de diálogos.

Personas diferentes decian sin fallar una sola palabra. Comos perfectos acordes de una sinfonia, que se iba apoderando de mi cabeza.

Lo asombroso es que se siente como si fueras un radar. Como si alguien en algun lugar de este planeta, estuviera diciendo las palabras y tu solo las escuchas.

Es una sensación que te hace no pensar sino actuar, como con una programación que viene dada por la misma sensación.

Es por eso que me he sentado a las 0 horas de esta mañana a escribir lo que siento.

Tal vez en la mañana pueda discernir. Y sí, poder definir si esta experiencia puede aportar algo a mi vida y a lo que quiero con ella.

Espero que el ciudadano 88 no se averguence de mi, ya que pienso que el debe tener una vida aparte y ser feliz en su mundo. Esta cosa es para locos. Lo se. Pero no puedo hacer más. Debo dejar que salga de mí y mañana juzgaré. Tal vez mañana esto me juzgue a mí.

Dejo a vuestra elección, de mi casi inconsciente escritura, la última palabra, respecto de lo que escriba. Vosotros sois más inteligentes que yo y podreis decirme donde me falta una coma.

Es de recuerdos hermosos de lo que está formada mi vida, ella necesita siempre volver.

Y cuando termine esta página, espero no haberlos aburrido. Mi taller es en verdad pequeño. Disculpadme, Es que se me cruza Don Quijote, en esta fiebre delirante.

Ay Cortázar! Perdóname este pequeño sacrilegio. Que te lo pago leyendo todo lo que le sucedió a las flores de tu cuadro.

Ok, les dejo.

Espero que cuando llegues no te olvides, de quién te escribe cartas en las paredes. El colegio no dió abasto. Las paredes de la U están llenas de denuncias, de protestas. De mis protestas. No entiendo porque me dices en esta hoja de papel, que nunca te dije nada. Si siempre te grité.
Tal vez era mi lengua, desconocida para ti. Y aunque no he viajado por el mundo, me esmeré en aprender el lenguaje del amor. Cosas extrañas para tí. ya que veo que nada de lo que pensé, te ha pasado si quiera por la cabeza.

Maldita.

Para todos los señores

En una fuente dmil noches de velas apagadas y de sombras iluminadas, yace el sebo que averiguaste, para que se comiera a la meditante